Hace no mucho tiempo una campaña publicitaria
se realizaba en base a los medios tradicionales; el más famoso por ser de
alcance masivo era la televisión, y aún lo es. Sin embargo, desde que el
internet permitió a un gran número de personas conectarse globalmente a una
red, se crearon otras plataformas de comunicación directa donde la información
corría libremente. Algo mucho más atractivo para las personas, pues la
comunicación pasó a ser totalmente bidireccional, el internet se convirtió en
la herramienta más recurrida y con mayores potencialidades para el acceso,
difusión y generación de información. Por lo
tanto, los tiempos han cambiado, la publicidad tradicional ha perdido valor
frente a las recomendaciones boca a boca de las comunidades abiertas en las
plataformas sociales. El lenguaje publicitario se ha vuelto incomprensible para
los mercados, por lo que es deber de las compañías adaptarse a las tendencias,
modificar sus estrategias para seguir comunicándose con la gente, pero esta
vez, de forma más humana y accesible.
En esta nueva era social, donde todos queremos compartir con el resto
del mundo nuestros pensamientos e intereses, las empresas han encontrado un
nicho en el que se ven beneficiadas. La estrategia es conectarse con las
personas, conseguir que la
presencia de la marca sea atractiva para la gente, de forma que sean ellos los
que vengan hacia ti, los que te recomienden, los que te ayuden a cumplir tu
objetivo de venta.
Todo esto se hace posible gracias a la figura
emergente del Community Manager, que
debe conocer la marca a la perfección, pues es él quien la representa en la
web. Este oficio se ha visto criticado en muchas ocasiones, pero quien lo
ejerce sabe que no es una tarea sencilla. En primer lugar debe poseer un
vocabulario amplio, buena ortografía y redacción; ofrecer contenido de valor
que responda a los intereses de las personas, ofrecer las bondades de la marca
sin caer en social spamming (mensajes
propagados de forma viral con el fin de obtener mayor visibilidad a través de
las redes sociales) pues tiende a molestar y a alejar; generar una conexión ya
sea deseando un “buen día” o “feliz cumpleaños” de manera que la comunicación
se sienta cálida, dando a entender que cada uno de ellos es importante para la
empresa.
En segundo lugar, el Community Manager debe mostrarse siempre disponible a los clientes pues
maneja un canal abierto de comunicación eficaz y directa, monitorear las
opiniones tanto buenas como malas, y por último, responder a las críticas de
forma amable, el respeto hacia los miembros de la comunidad es esencial, pues
se crea una reputación online. Si se cumplen todas estas funciones, los
miembros estarán contentos, se sentirán satisfechos con la atención recibida, y
no se irán con una empresa que ofrezca mejor calidad de servicio.
Al lograr esto, lo que está sucediendo es que la
gente quiere conectar con la marca, quieren estar pendiente de ella y
hasta hacer negocios.
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